martes, 22 de septiembre de 2015




A continuación presento ARTICULAR, la primera aproximación al Formato Proyecto de Experiencias de Aprendizajes mediadas por TIC

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Avances en el Diplomado

Avances en el Diplomado en 
Creación de experiencias de aprendizaje mediadas por TIC


E
 n la medida en que la docencia, además de las labores profesionales —¡porque de las  domésticas ni hablar!—, copan el tiempo cotidiano, no es nada fácil encontrar un espacio para la reflexión con pares que, con ocasión del diplomado, y gracias a la diversidad de sus experiencias, nos permiten enterarnos del ‘estado de la cuestión’ en cuanto a la docencia en la Universidad; porque, así sea una pequeña ‘muestra’, es, a mi modo de ver, muy significativa dada la variedad de campos en los que se desempeñan. Por otra parte, el hecho permite observar la forma en que nuevos entornos tecnológicos irrumpen en nuestras actividades disciplinares y académicas, así como saber cuáles son las expectativas, las reticencias, las filias y las fobias que respecto al tema se evidencian; cosa que también permea críticamente personas y entornos.  

Son aspectos que constituyen una oportunidad importante de aprendizaje, enriquecida principalmente, reitero, por la relación directa con las personas; vivencia que permite pensar —en vivo— sobre el ejercicio docente en la actualidad, sobres sus dificultades y nuevos desafíos, sobre las formas de aprendizaje y, sobre todo, abre un abanico de preguntas sobre ese vasto universo pedagógico en relación con el contexto en el que nos movemos: desde la esfera macro de los modelos con que se trata de abordar la relación con las nuevas tecnologías —léase TPCK, p. ej.—, hasta el ambiente micro de la clase en el aula, en el que hemos podido analizar algunos casos prácticos llevados a cabo por otros docentes.

Así, pues, en medio de esa maraña de ideas, de conceptos y de preguntas que nos envuelve, parece ser este un buen espacio para hacer “el elogio de la dificultad”, en el sentido de que cuanto más compleja se hace la experiencia de educar[nos], más atención merece esta en el orden institucional, profesional y personal. Es, a la vez, una oportunidad para responder al ya "clásico" problema de ese hombre y de aquella mujer profesionales, que no se percataron del momento en que se vieron rodeados de estudiantes que —¡de facto!— les otorgaron título de docentes. De entrada, esa oportunidad de aproximarse a tan complejos problemas deja ver sus frutos: yo los veo en cuanto me asalta una pregunta por cómo aprendo; y aprendo viendo la experiencia de otros, aquí, en directo, o de forma vicaria desde el impersonal saludo de un antípoda que también se pregunta estas cosas y las sube a la nube en un video o en un blog que de seguro también verán mis estudiantes. 

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Ambiente de aprendizaje




EN MEDIO DEL SILENCIO

Alberto Ayala M.

E
n medio del silencio, cuando todo se apaga y la noche no suelta ya el ulular de las sirenas, los ruidos del teléfono o los afanes de la tarde, navego en la levedad del aroma de un café y puedo dirigir mi gobernalle hacia las letras, entre las hojas de mis libros o los que la pantalla desde muy lejos trae; en ella el espacio ya no es el mismo, la luz se concentra y mis ojos se inmovilizan, atentos a las revelaciones: aprendo en una suerte de vértigo que traza líneas entre un tema y una inesperada referencia, un camino que se abre generalmente a más preguntas: tiempo que se dilata deliciosamente en compañía de otros que ya se han ido o que están lejos y que, sin embargo, puedo ver y también oír como si estuvieran aquí.  

     Me he sumergido allí, en lo profundo, como cuando me zambullo en la palabra de esa mujer que se interesa por el nombre de una extraña planta que observa atenta, mientras hablamos en el cruce de los pasillos de la universidad: aprendo preguntándole, observándola, escuchándola. Sus pasiones me devuelven a las mías y con ellas viajo hasta llegar a mi destino: un lugar en el que la ropa que llevo me molesta, me la quito y la cambio por otra más ligera; me muevo lentamente en medio de un gran espacio en el que los libros quedaron atrás, suena una rítmica música y la sigo o hago que me siga: con los pies, con las manos, con los brazos, con todo el cuerpo aprendo en ese ambiente en el que el movimiento y las voces de otras personas me enseñan su historia: danzamos sobre lo planeado, una coreografía que transmuta en efímeras formas la rigurosa matemática del tiempo, aprehendido por una lejana trompeta que interpela al piano… y que 'piano, piano va lontano', sin saber hasta dónde.

     ¡Cómo se aprende! --me digo en medio de la calle, mientras abro la puerta de la casa para ver mi agenda--, entonces recuerdo que el jueves próximo debo haber pensado un poco acerca de cómo aprendo, dónde aprendo, con quién aprendo, cuándo planeo… ¡En fin! Varias cosas que tendré que hacer más tarde, cuando llegue ella con su silencio, cuando lo apague todo y pueda navegar tranquilo en la levedad del aroma de un café.

     Y mientras llega, trazo en el pixelado lienzo de la pantalla unas imágenes que me ayudan a descubrir cómo, en medio de tantos hilos, aprendo; ellas dan cuenta de la luz, de los planos, de la obscuridad y de las sombras, de lo real y de lo virtual… Es un ambiente de color, de formas, de raras geometrías, de inverosímiles planos que luego publicaré en un blog. Como también haré público ese "paisaje-dado" (escrito en Word, Trebuchet 11, interlínea 1.5), en la próxima clase.

     ¡Ah, cuánto se aprende!